Disculpas...

Eso espero...De todos modos...No me voy a demorar mucho...-En esos momentos, no tenía claro con quién perdería las orejas, pero la balanza se inclinaba bastante hacia la persona que tenía debajo en estos momentos...Pero no se lo iba a decir...Tenía vergüenza, y a parte, sus sentimientos no serían correspondidos hacia un mocoso de 13 años, era imposible...Así que me quedé calladito y ya está.
Pronto sucedió lo que más me temía, sonó el horno, y aunque sonase, me quedé dos minutos ahí, por dos minutos no pasaría nada...
Más tarde, me incorporé, y le dije en un momento:
Quédate, voy a ver si está listo, y si no lo pondré un poco más...-Dije mientras me dirigía andando un poco bastante deprisa hacia la cocina, "

Me dirigí a la cocina, tarareando suavemente una canción, mientras cogía un cuchillo de uno de los cajones de la cocina y abría el horno, pinchando un poquito el bizcocho y viendo que todavía le quedaba un rato.
Sonreí, feliz por que podría prolongar unos quince minutos el estar con él, así que, impaciente, cerré el horno, ajusté el tiempo a quince minutos, y lo cerré. También dejé el cuchillo para cuando tendría que volver encima de la encimera.
Volví a la cama, y me lo encontré tumbado boca abajo, no quería aplastarle, así que me senté en uno de los sillones que había al lado de la cama, como estaba con los ojos cerrados, me acerqué y le di unos pequeños golpecitos en el hombro, esperando a que abriera los ojos, cuando lo hizo, sonreí, y le dije en modo de broma:
¡Bu!-Dije imitando a un fantasma, o algo similar.

Me reí durante un corto tiempo y después, seguidamente, me abracé a él fuertemente ronrroneando un poco.
El bizcocho tiene una pinta y huele más bien...-Dije mientras frotaba mi nariz en su pecho.
La verdad es que cuando había ido a pinchar el bizcocho, había un olor en la cocina impresionante...Seguro que cuando le pusiéramos la nata y el chocolate y todo eso, estaría para chuparse los dedos.
¿Qué le pondríamos?-Dije mientras levantaba la mirada para que él sólo viera mi pelo y mis ojos morados, que lo miraban con una pizca de curiosidad.

Me sonrojé un poco al escuchar su halago.
No soy mono...-Dije bajando un poco la cabeza y mirando hacia otro lado, bastante cohibido.
¿Y por qué le daría envidia? No entendía...En todo caso un bizcocho no es una persona, no es nada por lo que tener envidia...Pero bueno, eran sus cosas, y yo no me iba a meter,ni era nadie para meterme.
Pensé detenidamente lo que le íbamos a echar al bizcocho, después de que hubiera quedado taaaan bueno, no creo que tuvieramos que ponerle mucho, así que le conté mi idea:
Podríamos...Dejar el bizcocho como está...Y echarle nata montada y sirope de chocolate por encima...Con fresas...Pero cada uno individual...Si te parece muy empalagoso lo comprenderé, pero es que a mí me encanta el dulce...-Dije mientras reía un poco.

Puse como una cara de reprocho al ver que me tiraba de la mejilla, seguramente, tardaría en volver a su color original, pero no me molesté, era como todo, una broma, y no me iba a enfadar por tonterías.
Cuando pasó su lengua por mi mejilla, parte de el color de la mejilla era por que me había tirado...Parte era por el sonrojo, esperaba que no escuchara los latidos frenéticos de mi corazón.
Ehm....S-sí, seguro que se queda muy rico...-Dije mientras miraba a otra parte de la habitación, haciéndome el interesado en la pared, intentando que no viera las muestras de vergüenza que había en mis mejillas.

S-sí...La hay...-Pero él no comprendía por qué me avergonzaba yo, no era por timidez, si no que era por otra cosa...Otra cosa que él no la vería nunca, ni la correspondería.
Cuando cogió mi cara, e hizo que lo mirara a los ojos, recé por que sonara el horno. En esos momentos estaba completamente sonrojado, con la mente turbada, y pensando en controlarme física y mentalmente.
Sí...Estoy a gusto...-La verdad es que estaba a gusto, muy a gusto, pero no podía controlar las emociones que me embargaban en ese momento,mi cerebro decía que no lo mirase a los ojos, pero mi cuerpo decía todo lo contrario.

No dije nada, sólo me limité a tragar saliva sonoramente.
Sinceramente, no me llegaban muy bien las palabras al cerebro, así que sólo me limité a decir un ligero "Sí" que no salío de mi garganta.
Carraspeé, para que por lo menos volviera la voz y no quedara como un tonto.
Sí...-Bien. Por lo menos había dicho algo, y él no había puesto cara de que no me entendía,así que eso fue un primer paso.
No entendía por qué me miraba de aquella manera...Parecía que me estaba devorando, pero no en el sentido en el que un niño de 13 años se asustaría, si no en el sentido en el que un neko de 13 años, se derritiera.
El rojo tiñendo mis mejillas fue poco a poco convirtiéndose de un tomate, a un ligero rubor, pero que no se esfumaba, si no que seguía ahí, haciéndome más incómodo no tirarme a sus brazos.

Cuando estaba a punto de besarlo, cerré los ojos, esperando a que el beso que tanto ansiaba llegara, esperando probar el sabor de esos labios, de esa boca...Pero no llegó.
Nunca maldecí tanto a un horno como al de su casa. No podría haber sonado en otro momento...
Me separé de él, con una expresión de fastidio, y con las orejas y la cola en posición de enfado, crispadas.
Me dirigí a la cocina solo, dejándolo allí en la cama, mientras que, con la misma expresión en su cama, abría la puerta del horno y, con unas manoplas, sacaba el bizcocho y lo sacaba del molde, poniéndolo en un plato.
Mierda....-Dijo expresando su enfado y también su mala suerte, mientras cortaba dos trozos hermosos de bizcocho, se dirigía al frigorífico y cogía la nata montada, las fresas y el sirope.
Fue colocándolo todo en el bizcocho. Primero la nata montada a un lado, un poquito, no mucho, si no iba a ser muy empalagoso, luego, el sirope de chocolate por encima en forma de zig-zag, y después 3 fresas encima del bizcocho. Hizo lo mismo en el otro plato y los puso en la mesa, acompañados por un cuchillo, un tenedor, y un vaso de batido de chocolate que había sacado hace nada de la nevera.

Me metí un trozo de bizcocho en la boca, saboreándolo. La verdad es que estaba muy bueno, pero maldita sea....Me había aguado la fiesta.
Cuando ví que se había dado cuenta de mi rabia, no hice otra cosa que cambiar la cara un poco, en un intento fallido de demostrarle que me moría porque me besara, pero lo hice, puse buena cara y le contesté, tranquilo:
No tengo...cara de enfado-Dije mientras intentaba sonreír un poco y me metía otro trozo de bizcocho en la boca, esta vez junto con una fresa. La combinación de sabores era exquisita, pero ese bizcocho seguía causándome rabia al recordar la escena que acababa de ocurrir.

Poco a poco, terminé de tomarme mi parte de fresas y bizcocho, y veía cómo me miraba, sonriendo.
¿De qué sonreía? Si...De verdad hubiera querido besarme antes tendría que haber estado fastidiado, como estaba yo, y no feliz....o simplemente normal.
Cuando terminé mi bizcocho, me dirigí al fregadero, aclaré un poco el plato, y lo metí en el lavavajillas junto con el tenedor y el cuchillo.
Cuando terminé de recoger, me volví a sentar en la encimera, mirándolo, sin decir nada.

Ví como limpiaba la mesa, pero no lo miré, seguía apretando los dientes por la oportunidad que podríamos haber tenido...
No lo sé...Yo elegí lo de la siesta...-Le dije un poco seco, no quería estar así con él, pero estaba ilusionado en ese beso y no pudo ser...¿Quien sabría lo que tenía que volver a esperar para tener esa oportunidad otra vez?
Aguardé a que dijera su opción,esperaba que fuese algo interesante...O entretenido, por lo menos que me intentara hacer olvidar el accidente de antes, mientras intentaba no mirar el horno y cargármelo de una patada.

Lo seguí hacia el salón, donde había llegado la primera vez....
¿Qué vamos a ver?-Dije mientras me acurrucaba en uno de los grandes sofás color crema, pero dejando un hueco para que él entrase, y sí, estaba buscando acercamiento, a ver si podía repetir lo de antes...
No sabía qué película íbamos a ver, así que aguardé medio tumbado en el sofá a que me respondiera.
Ví ojear bastantes carátulas...Eran todas de miedo.
Noté como se me erizaban los pelos de la nuca. Odiaba las películas de miedo.

No ví nada en la carátula de la película que había puesto. La verdad, es que no me importaba mucho lo que fuésemos a ver, sólo me importaba estar con él y pasarlo bien, sinceramente.
Vi como me explicaba que sólo tenía películas o de amor o de terror, reí un poquito. Aquello era bastante contradictorio,pero no puse pegas, eran sus gustos, y yo no era nadie para cambiarlos.
Me da igual...-Dije como respuesta a la pregunta que me había dirigido anteriormente,viendo como él se sentaba al lado mía.
Yo aproveché y recosté mi cabeza en sus piernas, mirando a la pantalla. Así sería más fácil todo, sin mirarle a la cara, a esos ojos que me abrumaban poco a poco.
Vi como pasaban los créditos de la película...Esperaba intrigado a el título.